miércoles, 30 de abril de 2008

50 AÑOS DE MINISTROS DE ECONOMIA: LA CRUDA HISTORIA DE LA ARGENTINA


El 1 de mayo de 1958 asumió la presidencia luego de ganar las elecciones Arturo Frondizi y con él nació el Ministerio de Economía que de esta manera cumplirá 50 años de existencia.

Hasta ese día, los gobiernos anteriores dejaban el manejo de las finanzas de la Nación a los secretario de Hacienda, en un cargo que nació en 1898 con el gobierno de Julio Argentino Roca y llegó hasta la dictadura de Pedro Aramburu, en 1958.

En estas cinco décadas pasaron 43 ministros de Economía en el cargo, varios de ellos en dos oportunidades y se produjeron 53 gestiones en el palacio de Hacienda, con un breve lapso de siete días, cuando en las convulsionadas jornadas de 2001 el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá desactivó el ministerio y nombró a Rodolfo Frigeri como nuevo secretario de Hacienda.

“Pasar el invierno” fue la poco feliz primera frase que se instaló en la política económica y que fue pronunciada por el segundo ocupante del asiento más caliente de la Argentina: el liberal Alvaro Alsogaray en 1959.

De allí en más, pasaron planes de supuestos crecimiento de la economía como así también de hiperinflación , deflación, convertibilidad, tablitas, pesificación y planes primaveras y golpes al bolsillo de los ahorristas como fueron el “rodrigazo”, “el corralito”, la devaluación y el canje compulsivo de plazos fijos por bonos, para que el Estados se apropiara de los dineros de los ciudadanos.

En estas cinco décadas hubo un número similar de monedas de curso legal (Peso moneda nacional, el Peso ley 18.188, Peso Argentino, Austral y Peso convertible) y procesos inflacionarios que llegaron al 1000 por ciento en 1975, 690 en 1983, 4900 en 1989 y 2400 en 1990, todos con nombre y apellido de ministros del momento.

El ministerio de Economía fue inaugurado aquel 1 de mayo de 1958 por Emilio Donato del Carril que lo ocupó por un año y un mes y fue reemplazado luego por Alsogaray en junio de 1959, para inaugurar un constante cambio en el cargo, y donde mantenerse se hacía cada vez más difícil.

De los 43 ministros ocho repitieron el cargo con la misma suma de errores y aciertos (Alsogaray, José Alfredo Martínez de Hoz, Roberto Alemann, Adalbert Krieger Vasenna, José Dagnino Pastore, Juan Carlos Pugliese, Domingo Cavallo y, Roberto Lavagna, en tanto Jorge Webhe tiene trsite récord de tres períodos (1962, 1972/73 y 1982/83), todos bajos procesos militares.

El gobierno de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón batió la marca de mayor cantidad de ministros al contar con siete en 21 meses de gestión (uno cada tres meses), y con la penosa nota de tener cuatro de estos funcionarios en 120 días (Celestino Rodrigo, Ernesto Corbalán Nancalares –dos veces- Pedro Bonani y Antonio Cafiero).

En esta triste tabla de posiciones de cantidad de jefes del palacio de Hacienda se encolumnaron también los presidente democráticos, Arturo Frondizi, cinco (1958/1962); Raúl Alfonsín, cuatro, (1983/1989), Carlos Menem, cuatro (1989/1999), Fernando De la Rúa, tres (1999/2001) y Néstor Kirchner, tres (2003/2007).

Hubo varios que ocuparon el cargo por pocas horas producto de cambios de gestión, entre ellos Corbalán Nanclares en 1975 (tres y cuatro días respectivamente); Joaquín Las Heras (desde el golpe de 1976 al 29 de marzo de ese año) y el actual gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, 48 horas, durante el interinato de Ramón Puerta en 2001.

Sin embargo hay tres ex funcionarios de poco tiempo en el ministerio que dejaron su huella: Rodrigo, 40 días en 1975 y autor de una de las mayores devaluaciones de la Argentina conocida como “rodrigazo”.

También, Jesús Rodríguez, dos meses en 1989 en los aciagos días de la Hiperinflación, Ricardo López Murhy, 15 días en 2001 durante la administración de Fernando de la Rúa y el mal recordado Jorge Remes Lenicov, padre de la devaluación y pesificación de los ahorros de 2002, que estuvo tres meses y medio.

Entre lo que más duraron en estas cinco décadas, se encuentran Domingo Cavallo, cinco años y cinco meses (1991/1996), José Alfredo Martínez de Hoz, cinco años y dos días (1976/1981), Juan Sourrielle, cuatro años y 34 días (1985/1989) y Roberto Lavagna , tres años y siete meses, todos ellos padres “de alguna criatura económica”.

Desde “pasar el invierno” al “que apuesta la dólar pierde”, sin olvidar “un peso, un dólar” y el que “depositó dólares recibirá dólares”, las frase son una acaba síntesis de cinco décadas de una economía que atacó sin piedad el corazón y los bolsillos de los argentinos.

rob/

ARTURO FRONDIZI, EL HOMBRE QUE SOÑO UN PAÍS DISTINTO


El ex presidente Arturo Frondizi inicio el 1 de mayo de 1958 uno de los períodos institucionales del país más importantes del siglo XX, con una visión muy fuerte en el desarrollo de la Argentina apostando a abandonar la idea de ser solo una nación ganadera y agrícola y sumarse así al crecimiento industrial mundial.

Una mirada tan revolucionaria de la economía y del progreso tenía invariablemente que chocar con visiones más miopes del futuro, anudadas a las crisis políticas internas de un país, que aún de debatía entre la fuerza arroladora del peronismo y las ambiciones de poder de los militares.

Hace medio siglo, Frondizi tuvo muy claro varios aspectos claves para desarrollar una nación, y alcanzó el gobierno tras ser elegido por una importante cantidad de votos, tras llegar a un acuerdo con el exilio Juan Domingo Perón y contar con el apoyo de esta fuerza política.

Con el peronismo prohibido por la Revolución Libertadora que lo despojó del poder en 1955, el dirigente radical, conductor de su partido, entendió que debía unir esas voces calladas a un futuro gobierno de su partido y allí chocó con una franja de la UCR que pensaba totalmente lo contrario.

Ese grupo encabezado por Ricardo Balbín lo obligó a exiliarse del centenario partido y crear la agrupación de radicales intransigentes que vencieron a los tradicionalistas y llegaron al poder con el voto de los peronistas.

Frondizi había enviado a principio de 1958 a Caracas para entrevistarse con Perón a su hombre de mayor confianza, Rogelio Frigerio quién le prometió al líder del PJ entre otros puntos la amnistía para su partido y la posibilidad de volver a hacer política.

Una de esas primeras iniciativas también fue devolverle el poder a los gremios peronistas, una pauta que cumplió en los primeros meses de gobierno ante la mirada de seño fruncido de los militares.

Para Frondizi, fuertemente influenciado por el gran cerebro de su gobierno, Frigerio, la salida estaba en el desarrollo de las industrias básicas: petróleo, siderurgia, maquinarias ya que eso permitiría abastecer a la industria liviana y liberaría recursos que antes se destinaban a importar.

Además, la producción agropecuaria también se beneficiaría, con la abundancia de energía, maquinaria, combustibles y productos químicos que posibilitarían su tecnificación y modernización.

Esas iniciativas trajeron muchas inversiones al país que se sumó al gran desarrollo de científicos e investigadores, a una nueva ley de Educación revolucionaria y del importante logro del autoabastecimiento de petróleo.

Sin embargo eran tiempo difíciles para el país. Los militares sentían la “responsabilidad” de ser la columna moral y de control de las instituciones, aún fuera del poder, dotando a la Democracia de una endeble posición que dejaba muy poco margen para los grandes cambios.

La política exterior de Frondizi también fue atractiva, con una buena relación con Estados Unidos, una integración regional con Brasil y un fuerte reconocimiento a Cuba, tras la revolución que llevó al poder a Fidel Castro.

La entrevista realizada con el “Che” Guevara enojó a los militares y luego a EE.UU en una situación que lo llevó a romper relaciones con el país caribeño en 1962.

De todas formas en las elecciones legislativas de 1960 se hizo notar la presión interna cuando el voto en blanco peronista alcanzó el 25 por ciento y el del radicalismo solo el 20, una situación que llevó a terminar de cumplir el pacto con Perón y habilitar en todo el país al Justicialismo.

Ya jaqueado por lo militares, en marzo de 1962, el PJ ganó en las elecciones a gobernadores en 10 de 14 provincias, una victoria que incluyó la estratégica Buenos Aires, una situación que llevó a los militares a ejercer toda su presión para que el radical impugnara el acto comicial.

Andrés Framini, el gobernador bonaerense electo, nunca asumió y el gobierno de Frondizi tuvo los días contados hasta que llegó el golpe del 29 de marzo de 1962, en una nueva mueca tragicómica de la historia de Argentina.

El país atrasó varias décadas y en el año de centenario del nacimiento de Frondizi (28 de octubre de 1908) muchos políticos destacan su gobierno e impulsan aún sus ideas renovadoras hace medio siglo. La Argentina perdió allí una gran oportunidad, la que impulso ese dirigente que tenía la virtud de pensar como un hombre de acción y actuar como un hombre de pensamiento.

ROB/